Oficinas: Malas compañías
Estimados visitantes de nuestro blog. Este jueves queremos compartir la grave problemática de la violencia en el ámbito laboral, que sufren a diario miles de trabajadores, en su mayoría mujeres, tanto de parte de personal jerárquico como de sus pares, y que se repiten bajo formulas tan variadas que van desde el acoso sexual hasta el hostigamiento moral.
La violencia laboral, se manifiesta en oficinas públicas y empresas privadas, y tiene que ver con el uso y abuso de poder, de los jefes y también de algún colega que tenga algún tipo de vinculo con los superiores, sea intimo, o sepa algo relevante del mismo, o cualquier otro tipo de influencias sobre la superioridad, como hasta no permitir el acceso cómodo y libre a su puesto de trabajo, entorpecer la rutina laboral, impedir el acceso a una computadora, hasta maltrato entre otras cosas.
Por eso, el empleador, que puede ser: superiores, o quienes tengan la función de mando, emplean la fuerza física, psicológica, económica y política para doblegar la voluntad del otro, de manera directa o indirecta, hasta lograr que el trabajador se enferme -por depresión, ansiedad, diferentes trastornos psicosomáticos- se sienten perseguido, no quiero continuar con su trabajo, quiera renunciar, y de esa manera pierda el empleo.
Las más vulnerables a esta problemática son mujeres que rondan los 45 años ya que representan el 70 % de los damnificados
El maltrato a las mujeres, en este caso, refleja connotaciones machistas o sexistas, ya que muchas son acosadas o marginadas para impedir que alcancen puestos de mayor responsabilidad, como por ejemplo rechazando la intimidación de un superior o de un colega, por lo cual luego se ven marginadas, humilladas o maltratadas. Pareciera que siempre es más fácil molestar a una mujer, sin dejar de tener en cuenta que faltan pelotas para ser hombre para ser lo suficientemente hombre e ir de frente, sabiendo manejar el mando que se tiene.
Este maltrato que atenta contra la dignidad del trabajador se manifiesta de diversas formas: bajo amenazas, intimidación, persecución, acoso sexual, menosprecio, insultos, bromas sarcásticas reiteradas, discriminación negativa, desvalorización de la tarea realizada, imposición, inequidad salarial, (hombres y mujeres que tienen el mismo puesto y o cargo no cobran lo mismo), continua hostilidad y repetida en forma de insultos, desprecio y crítica.
Dichos hostigamientos ocasionan un maltrato psíquico que generan en el empleado un bloqueo mental, paralización, asilamiento, ocasionando que el mismo se sienta oprimido, y no pueda realizar relajadamente su tarea, a tal punto que consideren el cambio de oficina o de lugar de trabajo.
Este acoso, acompañado de, encargos de trabajos imposibles de cumplir, para que no pueda llevar a cabo la tarea encomendado y amenazarlo con despidos sin fundamento real y concreto, tiene el fin de incomodar al empleado.
Para mayor abundamiento existen los casos de maltrato, con palabras y/o gestos, bromas, insultos por su sexo, nacionalidad, edad, color, religión, aspecto físico, entre otros.
Por tal motivo, la Justicia comenzó a fallar en favor de los damnificados en el ámbito privado.
Actualmente en el Congreso se discuten siete proyectos de ley para castigar severamente el "acoso moral y psicológico" en los lugares de trabajo.
El Gobierno analiza cómo canalizar las acusaciones que le llegan diariamente contra jerárquicos que abusan de su poder.
Y así termino este tema, sabiendo que queda mucha tela por cortar, por eso como les digo siempre, espero que colaboren conmigo, principalmente las mujeres, enviándome sus opiniones, para terminar de una vez por todas con los maltratos.
Como siempre me despido, estoy a su disposición.
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Natalia.
Natalia.

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