jueves, 31 de julio de 2008

Cuida Coches


¿A quién no le ha pasado de salir con el auto, y tener a un joven parado a su lado, haciéndole gestos con el trapito para estacionar?
Estas personas, de cualquier edad, hombres y mujeres, manejan las cuadras de todo tipo de lugar donde se pueda estacionar.
Para salir con el auto a pasear, hay que tener en cuenta que si no se va a dejar el auto en una playa privada, debemos sonreírles a estos “cuidadores de autos”.
Bajamos del auto y se escucha: “¡Se lo cuido!
Con cara de preocupación, y una disimulada sonrisa, contestamos: “Sí...” Y viene el remate: “Son 5 pesitos”
La cara de preocupación ahora se transforma en miedo, con mezcla de bronca, pensando en la posibilidad de qué pasará si no le entregamos el dinero. Por supuesto la respuesta es muy sencilla: rayón en el auto, o que falte un espejo, o rompan un vidrio.
Un problema más que se suma en nuestra sociedad.
Los “trapitos”, controlan las calles de Buenos Aires, haciendo uso y abuso de su poder. Sí, como leyó de su poder, porque hay que enfrentarse a uno de ellos y decirle que no le entrega por adelantado el dinero para que cuide el auto.
Su andar es organizado, distribuido estratégicamente en las calles, y con puestos fijos.
Cada uno respeta el lugar del otro. Algunos portan un cartoncito colgado de su cuello, con lo cual quieren hacer creer que están perfectamente habilitados para ejercer la función en cuestión. Pero no, no es así.
El artículo 79 del Código Contravencional, Ley 1942, publicada en el B.O el 25 de octubre de 2004, refiere al uso del espacio público y privado, mencionando a los “cuida coches” y dice así: “Quien exige retribución por el estacionamiento o cuidado de vehículos en la vía pública sin autorización legal, es sancionado/a con uno (1) a dos (2) días de trabajo de utilidad pública o multa de doscientos ($200) a cuatrocientos ($400) pesos”.
Para mayor asombro continúa diciendo: “Cuando exista previa organización, la sanción se eleva al doble para el organizador”.
Imagino la cara de asombro, no por lo que dice esta ley, sino porque no se cumple, y eso es a causa de que nadie los controla. Esta situación que se observa día a día o es relatada por quienes conocemos y que incluso fue objeto de investigación de un programa de TV, sigue sin ser sancionada por las autoridades competentes. ¿Por qué?
No se sabe.
Estimados anfitriones cibernéticos, los invito me respondan la inquietud, y los espero para seguir compartiendo temas de interés.
Los saludos, hasta la próxima.
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Natalia
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Gracias Juan Manuel Castro por la ilustración.

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